Durante los últimos años, debido al incremento en el número de usuarios y de la mano con el IoT, la cantidad de dispositivos que se conectan a una red Wi-Fi aumentó considerablemente. Esto, sumado a un incremento en la capacidad de cómputo y una demanda de tráfico cada vez mayor de parte de estos dispositivos en las empresas, hizo que el entorno de redes inalámbricas se vuelva mucho más complejo de controlar y por ende, la utilización del espectro por parte de estos dispositivos requiera mayor eficiencia.
Ante estas necesidades crecientes, la tecnología WiFi 6 está cobrando mayor popularidad gracias a ventajas como mayor velocidad en la conexión, administración más efectiva de la densidad de dispositivos y consumo de menos batería (lo cual es una gran ventaja sobre todo para los sensores de dispositivos IoT).
Además, todas las mejoras introducidas en Wi-Fi 6 tendrán un impacto positivo en la eficiencia del uso de la banda de 6, permitiéndonos ahora sí poder diseñar redes de alta densidad con un ancho de banda para aplicaciones, negocios y usuarios exigentes.
La sexta generación de Wi-Fi aparece en un momento oportuno, dado el crecimiento en los dispositivos conectados de forma inalámbrica y remota a consecuencia de la pandemia y por el retorno paulatino a la normalidad. La conexión inalámbrica será clave, pues casi todas las empresas trabajarán en un formato híbrido de forma inevitable.
Resumiendo, una vez más, parte de los beneficios más impactantes de esta tecnología para las empresas y sus negocios consiste en que permite una mayor cantidad de dispositivos conectados al mismo tiempo sin perder performance. Además, permite ahorrar energía a los dispositivos conectados y, por supuesto, esta sexta generación, permite velocidades más altas de lo que estamos acostumbrados a utilizar.
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